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Vilassar de Mar, un encantador municipio costero de la comarca del Maresme, se encuentra perfectamente ubicado entre el mar Mediterráneo y la imponente Serralada Litoral. Esta localidad, llena de historia, cultura y belleza natural, ha sido testigo de siglos de tradición marinera que siguen marcando su identidad. Además de su excepcional ubicación, Vilassar de Mar es conocida por su gran oferta cultural, sus magníficas edificaciones históricas y sus tradiciones, como la emblemática Festa Major de Sant Joan, que se celebra cada año durante la semana del 24 de junio en honor a su patrón, San Juan Bautista. Esta fiesta, llena de actividades, música y eventos populares, refleja el espíritu alegre y acogedor de la localidad, invitando tanto a los residentes como a los turistas a disfrutar de la auténtica cultura local.
Una de las principales atracciones culturales de Vilassar de Mar es el Museu de la Marina, un espacio que ofrece a los visitantes un fascinante recorrido por la historia de la villa y su estrecho vínculo con el mar. Aquí se pueden admirar diversas colecciones de arte y objetos relacionados con la pesca, la navegación y la vida marina que fueron esenciales para el desarrollo de la localidad. Además, el museo alberga una destacada exposición sobre la necrópolis romana de Vilassar, un hallazgo arqueológico realizado en 1999, que permitió descubrir vestigios de una civilización antigua y su relación con el mar. Estos hallazgos se presentan de manera educativa y visual, ofreciendo una conexión tangible con el pasado marítimo y romano de la villa.
En el corazón de Vilassar de Mar se encuentra el Museu Enric Monjo, instalado en el antiguo Hostal de Vilassar, construido en 1762. Este museo rinde homenaje a la obra del escultor local Enric Monjo i Garriga, cuyas esculturas y bustos reflejan una profunda sensibilidad artística y un claro vínculo con el patrimonio de la localidad. El edificio en sí mismo es un ejemplo de la arquitectura de la época, con un ambiente que transporta a los visitantes a tiempos pasados, mientras se adentran en el mundo artístico de uno de los escultores más destacados de la región.
Otro de los monumentos más representativos de la localidad es el Templo Parroquial de Sant Joan, cuya construcción comenzó en el siglo XVIII y culminó en 1939, bajo el diseño del arquitecto Josep Maria Ribas i Casas. Este templo destaca por su impresionante campanario y por la conservación de la portalada original de la iglesia del siglo XVIII. En su interior, los visitantes pueden contemplar obras de destacados artistas catalanes como Obiols, Vila Rufas, Leónci Quera, Darios Vilàs, y Manel Martí i Cabré, que adornan sus paredes y altares. Un atractivo adicional de este templo es su órgano, una pieza musical excepcional que data de 1936, un verdadero tesoro sonoro que sigue siendo utilizado en ocasiones especiales.
En cuanto a la arquitectura defensiva de la villa, la Torre d’en Nadal se erige como un testimonio de la historia de Vilassar de Mar. Esta torre, que forma parte de un conjunto de tres torres de defensa construidas en la localidad, fue considerada Bien Cultural de Interés Nacional. En su época, servía como defensa frente a los ataques de los piratas y sigue siendo un símbolo de la protección y resistencia de la villa. Además, la torre aparece representada en el escudo municipal, consolidándose como un elemento de orgullo y pertenencia para los habitantes de Vilassar de Mar.
A nivel arquitectónico, Vilassar de Mar también ofrece otras joyas como Can Bassa, una casa modernista construida en 1899 por el arquitecto Eduard Ferrés i Puig. Su fachada, decorada con esculturas y coronada por una torreta, representa una de las obras más destacadas del modernismo catalán en la localidad. La Sénia del Rellotge, también diseñada por Ferrés, es otro de los edificios emblemáticos de la zona. Este edificio alberga en la actualidad el Museu de la Marina, y su fachada, que incluye un gran reloj y un grupo escultórico, se ha convertido en un ícono arquitectónico de Vilassar de Mar.
El Escola Nàutica de Vilassar, fundada en 1876, es otro de los elementos de interés arquitectónico de la localidad. Este edificio neoclásico, originalmente destinado a la formación de pilotos marítimos, ahora alberga diversas dependencias municipales. La historia de esta escuela de pilotos resalta el papel clave de Vilassar de Mar como puerto y centro de actividad marítima a lo largo de los años. El edificio fue proyectado por el maestro de obras Vicenç Riera i Freginals, y sigue siendo una pieza central del patrimonio cultural de la localidad.
Can Bisa, una casa de estilo colonial construida a mediados del siglo XIX, también forma parte del patrimonio arquitectónico de Vilassar de Mar. Este edificio, que cuenta con una estructura elegante y luminosa, ahora se utiliza como espacio cultural para actividades municipales. La estructura, con grandes ventanales y un repartidor central cubierto por una cúpula, sigue siendo un ejemplo perfecto de la arquitectura colonial en la región.
Las casas de pescadores, como las de la calle Sant Francesc, también son parte integral del paisaje histórico de Vilassar de Mar. Estas casas, construidas en el siglo XVIII, son las primeras muestras de la arquitectura popular de la población y sirven como testimonio de la vida de los pescadores que habitaron esta localidad en sus primeros años. Además, edificios como Ca l'Amat y Can Vicentó añaden al carácter único de la villa, con su decoración neoárabe y detalles arquitectónicos del siglo XIX que siguen cautivando a los visitantes por su estética y elegancia.
El Casal de Curació, un gran edificio construido en 1920 como centro hospitalario, es ahora una residencia geriátrica. Este edificio refleja la evolución de Vilassar de Mar en el siglo XX y muestra cómo la arquitectura local ha sabido adaptarse a las necesidades de la población a lo largo del tiempo. Por otro lado, el Cementiri de Vilassar de Mar es otro lugar de interés arquitectónico, ya que conserva una serie de sepulturas modernistas de renombrados arquitectos y escultores, como Ferrés, Gallissà y Buïgas, que le otorgan un valor artístico y cultural significativo.
Vilassar de Mar es, sin lugar a dudas, una localidad llena de historia, belleza arquitectónica y una rica herencia cultural. Desde su vibrante Festa Major hasta sus monumentos y museos, cada rincón de esta villa invita a ser explorado y disfrutado por aquellos que buscan sumergirse en el auténtico espíritu de la costa catalana. Con su combinación única de tradición, arte y naturaleza, Vilassar de Mar sigue siendo un destino ideal tanto para los amantes de la historia como para los que buscan disfrutar de su tranquilidad y belleza costera.