El Masnou, en la costa del Maresme, se ha convertido en un destino de ensueño que mezcla historia, cultura, y naturaleza en un entorno idílico entre Montgat y Premià de Mar. Esta encantadora villa costera ofrece una rica experiencia en la que los visitantes pueden disfrutar tanto de la belleza del Mediterráneo como del aire fresco que llega de las colinas de la Serralada Litoral, un paraje natural que se encuentra muy cerca y enriquece el paisaje de la región. El perfil de El Masnou se define por un relieve accidentado y único, que hace de sus calles y miradores lugares perfectos para apreciar vistas panorámicas inigualables del mar y la montaña.

Entre sus espacios verdes, El Masnou destaca por contar con una excelente variedad de parques y jardines. En el Parc de Vallmora, uno de los más grandes de la zona, se pueden disfrutar áreas de descanso y zonas de juegos, ideales para el ocio en familia o para hacer deporte. El Parc del Llac y el Parc de Caramar brindan espacios para el esparcimiento, además de un ambiente tranquilo y natural donde realizar paseos y disfrutar de la vegetación autóctona. En cuanto a los Jardins de la Nimfa y los Jardins de Can Malet, estos destacan por sus plantas ornamentales y su diseño paisajístico, ofreciendo un entorno floral y colorido que embellece aún más el municipio, siendo además puntos ideales para momentos de descanso o para encuentros sociales.

En cuanto a su patrimonio arquitectónico, El Masnou se enorgullece de albergar construcciones emblemáticas que reflejan su historia y su carácter. La Iglesia de Sant Pere, construida entre 1760 y 1817, representa un ícono histórico y cultural de la localidad. Su estilo popular, acompañado de detalles arquitectónicos, invita a los visitantes a conocer una parte importante de la tradición religiosa de El Masnou. Otra construcción destacada es la Casa de la Vila, un edificio neoclásico diseñado por el arquitecto Miquel Garriga i Roca, que es hoy la sede del ayuntamiento. Este elegante edificio muestra la evolución arquitectónica del municipio y es un símbolo de la administración pública en El Masnou.

El Casino de El Masnou es uno de los edificios más representativos del estilo modernista de la localidad, con detalles eclécticos diseñados por Bonaventura Bassegoda i Amigó. Su interior es tan fascinante como su exterior, ya que acoge eventos culturales y actividades recreativas, convirtiéndose en un punto de encuentro para los locales y visitantes. Igualmente, la Casa Benèfica, construida en 1901 por el arquitecto Gaietà Buïgas i Monravà, simboliza el espíritu altruista de la comunidad, destacándose por su arquitectura única y su importancia histórica.

El Masnou ofrece también atractivos culturales como la Casa del Marquès de la Manguera, conocida hoy como la Casa de Cultura. Con su estilo arabesco, este edificio capta la atención de todos los que pasean por el centro del municipio y constituye un espacio dedicado a la promoción cultural y artística de la localidad. Otro espacio de gran interés es el Cementiri Municipal, que cuenta con un importante legado escultórico, incluyendo una destacada obra del escultor Josep Llimona i Bruguera, que embellece y eleva el carácter artístico del lugar.

Para quienes desean profundizar en la historia local y su relación con el mar, el Museu Municipal de Nàutica del Masnou es una visita obligada. Este museo invita a sumergirse en la historia náutica de la villa, exhibiendo objetos y documentos que cuentan la íntima relación de la comunidad con el Mediterráneo. Su colección es una fascinante muestra de la vida marítima de la región, un tributo a las generaciones de pescadores y marineros que fueron pilares de la economía de El Masnou en el pasado.

Por supuesto, la costa de El Masnou es uno de sus mayores atractivos. Con 2,5 kilómetros de litoral, el municipio cuenta con cinco hermosas playas: la Platja de Llevant, la Platja de Bellamar, la Platja del Pla de l’Os, la Platja de la Descàrrega y la Platja de Ponent. Durante los meses de verano, estas playas ofrecen a los visitantes todo lo necesario para disfrutar de un día perfecto frente al mar, con servicios que aseguran una experiencia cómoda y agradable, desde tumbonas y sombrillas hasta actividades acuáticas y zonas de restauración cercanas. Estas playas no solo son perfectas para nadar y tomar el sol, sino también para disfrutar de un ambiente social vibrante y relajado en el que se respira la esencia de la vida costera catalana.

El Masnou es, en definitiva, un municipio que combina tradición y modernidad, y que invita a sus visitantes a descubrir su riqueza cultural, sus paisajes y su cálida hospitalidad.