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Ubicada en el corazón de la comarca del Maresme, Calella es una localidad que destaca por su rica historia, su impresionante paisaje y su vibrante oferta cultural. Situada entre el mar Mediterráneo y las montañas de la Serralada Litoral, Calella es el destino ideal para disfrutar de unas vacaciones llenas de sol, historia, naturaleza y tradición. En el este, el rierany dels Frares separa el núcleo urbano del barrio del Poble Nou de Pineda, mientras que en el sur, el núcleo urbano de la ciudad se extiende hasta Les Roques, un punto emblemático de la villa. Además, Calella se ve definida por su hermosa costa y sus accesos, como la vía del tren que atraviesa la ciudad y conecta su corazón con el mar.
La historia de Calella se remonta al siglo XVI, específicamente a 1525, cuando recibió del Papa Clemente VII la butlla papal que le otorgaba el derecho a constituirse como una parroquia independiente. Uno de los elementos más destacados de la ciudad es la Iglesia de Santa María y San Nicolás, un imponente templo que comenzó a construirse en 1539 bajo la dirección del maestro de obras barcelonés Pere Suarís. Sin embargo, la construcción fue un proceso largo y complicado, que implicó la intervención de varios arquitectos y artesanos a lo largo de los años. El proyecto, que inicialmente fue llevado a cabo por Suarís, continuó con la intervención de otros renombrados arquitectos como Antoni Mateu, pero la prematura muerte de este obligó a contratar al célebre escultor y maestro de obras Joan de Tours. Este último también falleció en Calella en 1563, dejando la obra incompleta. Finalmente, el encargado de finalizar el templo fue Joan Soler, un maestro calellense, junto a Perris Rohat, un francés residente en Mataró. La iglesia fue consagrada en 1564. La fachada principal de la iglesia, de estilo barroco, fue diseñada por Joan de Tours, y destaca por un retablo plateresco del siglo XVI que incluye los bustos de los doce apóstoles. En el centro de la portada se encuentra una escultura de San Nicolás de Bari, bajo cuya advocación fue consagrada la parroquia, junto con la de Santa María.
En Calella, la arquitectura juega un papel fundamental en la identidad de la ciudad, ya que la localidad alberga una gran cantidad de edificios históricos de enorme valor. Can Galceran, una casa construida entre los siglos XV y XVI, es uno de los ejemplos más representativos de la arquitectura medieval de la zona. Su portal de arco de medio punto, los ventanales renacentistas y el escudo de la familia Galceran, que hace referencia a un arbusto de galcerán, son algunos de los elementos que destacan en este edificio. A pesar del paso del tiempo, se puede apreciar el encanto de su estructura, aunque los esgrafiados clásicos que decoran la fachada se encuentran bastante deteriorados. Can Salvador de la Plaça, construida en el siglo XIV, es otra de las joyas arquitectónicas de Calella. Esta casa fue una de las primeras que formaron el núcleo urbano de la ciudad alrededor del mercadal. Entre sus elementos más notables se encuentran el portal renacentista, la ornamentación de los ventanales y un matacán defensivo sobre la esquina del callejón Bartrina, que daba al mar. Hoy en día, este edificio alberga la Biblioteca Municipal, un lugar perfecto para adentrarse en la historia de la ciudad y su patrimonio cultural.
Por otro lado, Can Bartrina es una casa señorial de los siglos XVI y XVII, vinculada a las familias Coma de Capaspre, Bataller y Prim. Su arquitectura destaca por una impresionante portalada, los esgrafiados clásicos y la torre defensiva que, en su día, protegía la fachada. Esta torre, coronada por una lladronera, es uno de los elementos más característicos de la edificación, que fue completada en el siglo XVI.
Uno de los símbolos más representativos de Calella es, sin lugar a dudas, el Faro de Calella, situado en el Capaspre, un acantilado desde el cual se puede disfrutar de unas vistas espectaculares. El faro fue inaugurado en 1859, y su función original era servir de guía para los navegantes en la costa del Maresme. La estructura original albergaba una linterna alimentada por aceite de oliva, y la vivienda del farero estaba situada en la planta baja. A lo largo de los años, tanto la linterna como el propio edificio han sido modificados en varias ocasiones, pero sigue siendo un elemento esencial en el paisaje de la ciudad. Desde 2011, el Centro de Interpretación del Faro de Calella ofrece a los visitantes una visión detallada sobre la historia del faro y su papel en las comunicaciones marítimas. Este centro también pone en valor el entorno marítimo y cómo el faro ha sido crucial para la seguridad en la navegación a lo largo de los siglos.
A lo largo del Capaspre, se pueden ver también las Torretes, dos torres construidas a mediados del siglo XIX. Estas torres, una civil y otra militar, fueron destinadas a la transmisión de señales ópticas utilizando el sistema de telegrafía óptica, una tecnología que jugó un papel importante en la comunicación antes de la invención de los sistemas modernos de telecomunicación.
En el ámbito cultural, Calella también ofrece una interesante propuesta en el Museo del Turismo (MUTUR), ubicado en la antigua Fábrica Llobet-Guri, que da a conocer la historia del turismo y su impacto sociocultural y económico global. A través de una exposición detallada, el museo presenta la evolución del turismo desde las primeras rutas de los viajeros y exploradores hasta la industria del turismo tal como la conocemos hoy en día. Los visitantes pueden recorrer la historia de cómo el turismo ha influido en el desarrollo de Calella, que fue una de las primeras localidades en convertirse en un destino turístico en la región.
Además de su impresionante patrimonio histórico, Calella ofrece una de las mejores ofertas naturales de la región. Su playa, considerada una de las más bellas del Maresme, se extiende hacia el este hasta llegar a la playa de Pineda, formando un litoral ideal para disfrutar del mar, el sol y la brisa marina. A lo largo del litoral, el Paseo Marítimo Manuel Puigvert, que recorre el centro de la ciudad, permite a los visitantes dar un relajante paseo mientras disfrutan de las vistas al mar y al ambiente animado del centro urbano. Al este, el Paseo de las Palmeras es un lugar perfecto para paseos tranquilos, con una vista impresionante del mar Mediterráneo y el paisaje circundante.
Calella es una localidad que combina su riquísimo patrimonio histórico con su belleza natural y su infraestructura turística moderna. Desde la impresionante Iglesia de Santa María y San Nicolás hasta el Faro de Calella, pasando por sus edificios emblemáticos y sus playas de aguas cristalinas, Calella es un lugar que tiene algo que ofrecer para todos. Si buscas historia, cultura, naturaleza y relajación, Calella te invita a descubrir todo lo que tiene para ofrecer, asegurando una experiencia inolvidable para todos sus visitantes.