El Barcarès, un pintoresco pueblo costero situado en la región de los Pirineos Orientales, es un destino ideal para quienes buscan una combinación de historia, tradición, belleza natural y vida moderna junto al mar. Su encanto se despliega en cada rincón, donde el legado pesquero se fusiona con el dinamismo de sus modernos núcleos turísticos, creando un ambiente único para todos los que lo visitan.

En el corazón del Barcarès se encuentra la plaça major, el centro neurálgico de la vida del pueblo, rodeado de una serie de casas modernas que dan cuenta de la evolución del lugar. Sin embargo, lo que realmente distingue a este pueblo es su origen como antiguo núcleo pesquero, formado alrededor de la església parroquial de Santa Maria del Barcarès. Esta iglesia, que ha sido testigo de siglos de historia, se erige como un faro espiritual para los locales y los visitantes. Desde sus inicios, el pueblo estuvo vinculado a la pesca, una actividad fundamental que le dio vida y carácter. Hoy en día, uno de los vestigios más significativos de ese pasado pesquero es la Cabana de pescador, un elemento museístico que conserva la memoria de las antiguas costumbres y herramientas utilizadas por los habitantes de Barcarès.

El pueblo, situado a tan solo dos metros sobre el nivel del mar, se encuentra en una ubicación privilegiada, justo a orillas de la platja de la Salanca y cerca del Grau del Sant Àngel, al sur del estany de Salses. Esta proximidad al mar y al estany ha sido clave en la configuración del pueblo, que, aunque ha crecido y modernizado su infraestructura, sigue conservando su esencia pesquera y su encanto rural.

A medida que el Barcarès ha evolucionado, ha dado lugar a nuevas zonas de expansión, especialmente en el norte del pueblo, donde se ha desarrollado el vibrante núcleo turístico de Port Barcarès. Este sector, que se extiende a lo largo de una amplia playa, ofrece una experiencia diferente pero igualmente atractiva, perfecta para aquellos que buscan disfrutar del sol, el mar y una amplia gama de actividades al aire libre. Las instalaciones turísticas de la zona proporcionan un acceso fácil a servicios modernos sin perder la esencia costera que caracteriza a todo el pueblo.

El puerto es un lugar clave para la vida del Barcarès, albergando no solo embarcaciones de ocio y pesca, sino también eventos deportivos y actividades recreativas que atraen a turistas de todas partes. Las vistas panorámicas del puerto y la playa crean un entorno ideal para paseos, cenas frente al mar y momentos de relajación total.

El Barcarès no solo es un destino de sol y playa, sino también un lugar cargado de historia. Durante la Segunda Guerra Mundial, la localidad fue escenario de acontecimientos bélicos significativos. El Camp de concentració del Barcarès, ya desaparecido, fue uno de los campos de concentración en el que se internaron prisioneros, lo que le confiere un profundo valor histórico. La memoria de este periodo aún se conserva en el pueblo, convirtiendo al Barcarès en un lugar de reflexión para aquellos interesados en la historia de la guerra y sus repercusiones en la región.

Además de este legado, el Barcarès cuenta con una serie de forts militars que en su día protegían la costa y que aparecen en el Cadastre napoleònic de 1812. Estos incluyen el Fort de l'Aglí, el Fort de Sant Àngel y la Vigía del Sant Àngel, construcciones que hoy en día no están completamente conservadas, pero que siguen siendo elementos importantes en el conocimiento de la historia bélica de la región. Aunque estos forts ya no son visibles en su totalidad, su presencia en el paisaje sigue siendo un recordatorio de las estrategias de defensa utilizadas en el pasado.

El Barcarès ofrece a los turistas una experiencia única que combina tradición y modernidad. Sus playas, su puerto, su patrimonio histórico y cultural, junto con la cercanía a la naturaleza y a la rica historia de la región, lo convierten en un lugar ideal tanto para una escapada relajante como para un descubrimiento cultural profundo. Ya sea explorando su centro histórico, disfrutando de las actividades acuáticas en el puerto o reflexionando sobre el pasado bélico del lugar, los visitantes siempre encontrarán algo que los cautive en este encantador rincón del sur de Francia.